Cómo preparar archivos para impresión: el AF

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Para un profesional de las artes gráficas, las siglas AF son más que conocidas, pero es probable que, si no es tu caso, te haya pasado lo de ir a realizar un pedido a la imprenta y no saber de qué diablos te estaban hablando. ¿AF? ¿Qué AF? Hoy venimos a hablarte de ese gran (des)conocido: el arte final. Es el archivo de impresión que se envía a la imprenta.

El arte finalizado es una profesión en sí, por lo que no te sientas mal si preparar los archivos para impresión te provoca escalofríos porque esto no es cosa de poco. Cuando enviamos archivos a imprenta, el formato debe cumplir ciertas características. Esto es sumamente importante para la producción, ya que un AF correctamente preparado evitará errores de impresión, repeticiones forzadas, extra costes y tiempo perdido.

Si tienes dudas sobre cómo preparar archivos para impresión, continúa leyendo, esto te interesa. ¡Allá va!

¿Cómo preparar archivos para impresión?

Primera regla: asegúrate de qué formato de archivo va a solicitarte la imprenta. Por lo general, será un PDF, pero preguntar nunca está de más. De cualquier modo, si no te lo especifican, nuestra recomendación es que siempre acudas al PDF (sobre todo, si tu diseño incluye textos o información vectorizada). Este formato tiene unas características más adecuadas para facilitar una impresión perfecta: correcta indicación de la sangre, marcas de registro o paletas de color laterales, por ejemplo.

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También antes de sacar ningún AF debes asegurarte de haber dejado sangre en el archivo. Y no, no estamos insinuando que nadie tenga que derramar la suya propia. ¿Por quién nos tomas? Lo que queremos decir es que es importante que dejes unos márgenes de, al menos, 5 mm por cada lado de tu archivo. Las máquinas de imprenta son muy precisas, pero a veces puede darse una desviación en la impresión o en los cortes y el archivo se prepara teniéndolo en cuenta. Mejor prevenir.

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Pon todas las imágenes en perfil de color CMYK (cuando quieras que sea a color, claro). Este paso es clave para que los colores sean fieles a lo que esperabas. Los perfiles de color pueden alterar mucho los tonos y es preferible evitar sustos.

Hablando de colores, tendrás la opción de imprimir con o sin tintas Pantone. En caso de que tu elección sea con, tendrás que comprobar que ese o esos colores en concreto aparecen como tintas planas y están nombradas con el número de Pantone exacto que quieras usar. Pero si tu elección acaba siendo sin, lo que tendrás que hacer será asegurarte de que no haya ninguna tinta plana, ni rastro de ella. Mira las muestras de color para marcar este paso como hecho: todas tienen que salir como cuatricomía.

Puede que quieras aplicar un acabado especial a tu diseño y, para marcarlo correctamente, hay que establecer la superficie a cubrir por ese acabado. Lo recomendable es que lo hagas en una página a parte para evitar errores de impresión y tendrás que aplicar ahí una tinta plana al 100% que delimite la zona donde aplicar el acabado especial. Llama a esa tinta plana por el nombre del acabado especial para que sea más claro. También repetirás un proceso similar aplicando tintas planas que destaquen sobre el diseño para delinear troqueles y líneas de hendido en caso de que los necesites. Ahondaremos en este paso en otro post próximamente.

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Después, pasa a revisar que el archivo que has estado diseñando salga con calidad suficiente. En principio el tamaño lo deberías haber tenido ya planteado según el tipo de impresión que tuvieras en mente hacer: un A5, A3, a medida, gran formato… Todo depende. Revisa que la resolución de tu arte final sea la correcta (aquí entran en juego factores como a qué distancia lo verá el público: no tratamos igual una valla publicitaria o un folleto). Por ejemplo, para un folleto, deberías aplicar una resolución de 300 ppp al menos, mientras que para una valla es probable que se quede en la mitad, ya que el ojo del público no lo va a tener a la misma distancia y el efecto a lo lejos es otro. Recuerda que con los archivos vectorizados (que no lleven imágenes) tienes la posibilidad de preparar el AF a escala. Es decir, para una pieza de gran formato de dimensiones 10×3 m, podrías preparar un AF de 10×3 cm.

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No te olvides de trazar los textos si tu diseño los incluye, puesto que si no lo haces, puede producirse un error al pasar el archivo de una máquina a otra: es posible que no interpreten bien la tipografía concreta que hayas utilizado y, por ejemplo, las tildes salgan mal o los caracteres se desvirtúen.

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¿Y una vez exportado?

Una vez tengas todo lo anterior preparado, exporta el AF. Y que no te dé pereza: revísalo por última vez. Dale un repaso más y sin olvidarte de comprobar todos los puntos:

  • Que no pixele nada.
  • La compresión del archivo está bien. Ya sabes, 300 ppp para piezas que vayan a verse de cerca.
  • Los colores se corresponden a los Pantone o composiciones CMYK correctos.
  • Estás comprobándolo con los perfiles de color adecuados. Te recomendamos estos dos: Coated FOGRA27 (ISO 12647-2:2004) y Coated FOGRA39 (ISO 12647-2:2004).
  • Las marcas de corte están bien colocadas (sin pasar por encima de la sangre) y nada importante del diseño queda por fuera de ellas.
  • Todas las tintas planas de hendidos, troquel o acabados especiales están en sobreimpresión.
  • Has dejado suficiente sangre en el AF.
  • Las medidas del archivo coinciden a la perfección con lo que tienes que producir (tamaño real o a escala en caso de vectorizados).

Tip del revisor de artes finales: no te confíes exportando el archivo y comprobándolo en el visor al 100% de zoom. ¡Error! Si has sacado un AF a tamaño real, el 100% del visor no te mostrará exactamente la calidad del documento. Amplía por lo menos al 250-300% para chequear que nada en tu diseño pixele. Juega con el zoom para revisarlo desde una perspectiva general hasta el más mínimo detalle.

¿Cómo lo ves? ¿Algo más claro? Esto es solo lo básico, ya te dijimos que se trata de toda una profesión, pero ahora sabrás que de manera más que justificada. Más allá de estos primeros pasos, tendrás que ir aprendiendo y revisando otros puntos según cada trabajo: libros, flyers, vinilos, vallas publicitarias, packaging, y un sinfín de opciones que podrán añadir otras dificultades como el paginado, la encuadernación o los troqueles, por ejemplo.

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PD1: Por favor, evita Photoshop para tu AF. ¡Está penado por el código penal del arte finalista!

PD2: Recuerda que si esto se te atasca, podemos ayudarte con el AF cuando lo necesites.