El aperitivo mediterráneo que más visible se ha hecho con sus lunares rojos y blancos aparecía con una novedad: la sangría Lolea Nº1 en lata. Su icónica variedad se lanzaba al mercado con este nuevo formato aprovechando el verano y lo apetecible que resulta un wine spritz muy frío cuando no hay manera de deshacerse del calor.
Para su presentación en sociedad, realizamos este packaging premium con acabados especiales que protegía las latas a la vez que las acompañaba con una línea visual llamativa y contundente.
Las cajas se diseñaron a medida, troquelando un interior donde ajustar cada lata en una cama de sujeción. Por supuesto, interior y exterior impresos con todo el colorido de la marca como sello de identidad. La parte externa se trabajó con un acabado gofrado que realzaba la textura así como los matices de la icónica bebida. Y como añadido, unos flyers impresos detallando la acción.
¿Resultado? Un estuche que dan ganas de guardar para siempre, el efecto que toda marca querría conseguir.